La Habana, 2 jun- Un libro, el segundo de la joven actriz y poeta Patricia Rodda, reúne a su alrededor a varias mujeres: Zaida del Río, en las ilustraciones; Aleyda Quevedo, en la contraportada; Claudia Acevedo, en la edición; Zaida Capote, en la presentación; y Sachie Hernández, en la exposición de pintura.
Como en su primer libro, Desnuda en proscenio, en Pseudopez y sus presentaciones, Rodda despliega creatividad, alegrías, sororidad, amistad y complicidades.
“Todos salimos del mismo mar, aunque algunos se resistan a creerlo. Sin embargo, no pueden apartar los ojos cuando se lo encuentran. Cuentan que los calma, que los divierte, que los inspira, pero la verdad es que le tememos. Sabemos de su fuerza y de nuestras fragilidad ante su grito”, escribe la poeta en el prólogo.
Y revela: “de mi obsesión por el océano han salido estas páginas. Creo profundamente que todo lo que toco o digo esta bañado por él y que nadie está exento de su sal”.
También declara la artista: «Me considero un pez que se quedó varado y no se reconoce en ninguna orilla. No tengo branquias, ni cola, ni ojos predicando profundidad. Esto me convierte en una desadaptada, en una `pobre mujer´ sin coartada, en un pseudopez”.
Empieza la selección de poemas con Mar abierto, luego transita de la serenidad a la furia: Oleaje, Tormenta, Penetración del mar y Maremoto… hasta llegar a Fondo marino, Inmersión y Ofrenda.
En la mitad del volumen, publicado por Aurelia Ediciones, cambia el color. Sobre páginas negras, Rodda rinde tributo a los orishas (deidades de la religión yoruba) Yemayá, a Oshún, Shangó, Oyá, Obdua, Orula, Olokún e Yyawó.
De sorpresa en sorpresa
Durante la presentación del libro, en La Habana, la editora Claudia Acevedo reveló que con Rodda, la Aurelia Ediciones le abrió las puertas a la poesía.
También remarcó los hilos que unen a los libros de la poeta con las artes visuales: el primero, Desnuda en proscenio, ilustrado por el pintor Eduardo Abela, y ahora Pseudopez, con la artista visual Zaida del Río, Premio Nacional de Artes Plásticas 2023 cuyos cuadros rodearon al auditorio.
En un mensaje audiovisual, la poeta ecuatoriana Aleyda Quevedo celebró el nacimiento del libro “desde las altas montañas de Quito hasta el Mar Caribe, donde el pseudopez seguramente obtuvo muchas de sus voces, de sus corrientes y sus tensiones” y donde los lectores se sumergirán “en su brillo, su arquitectura poderosa y sus imágenes”.
A juicio de la escritora cubana Zaida Capote, “una de las virtudes de este libro está en cómo dibuja un espacio. Un paisaje íntimo a veces y otras amplio, de plaza de infinito. Como refiere esas íntimas tristezas, describe el paisaje vital, plena de ausencia, si se permite el oxímoron, como si habitara otro mundo”.
Rodda confesó que no le gusta leer en público porque “la poesía la termina cada lector, cuando tiene el poema delante, desde sus emociones y sus experiencias de vida”.
Por tal motivo se auxilió de las voces de artistas como Bárbaro Marín, Jorge Perugorría, Mario Limonta, René de la Cruz, Mirta Ibarra y Ariadna Delgado, entre otros, que pusieron rostros y voces a los versos.
La autora de Pseudopez anunció que la exposición con los dibujos originales para el libro, junto a otras series seleccionadas, estarán todo un mes en la galería.
Mujeres creativas
Según Zaida del Río, entrar en Pseudopez, “en el mundo mágico de Patricia y su poesía, comprender sus poemas fue toda una sorpresa, una experiencia hermosa”, e ilustrar el libro “fue un furor”, por lo que lo hizo casi todo en un día, por la impresión que le dieron los poemas, que la llenaron de creatividad.
Para Sachie Hernández, curadora de artes plásticas, el encuentro entre Rodda y del Río, “tiene que ver en primera instancia con el amor por la poesía”, no en términos literarios, sino “como un lenguaje para entender y defender la vida, en todo su dolor, contradicciones e incertidumbre y la vida, en todo su esplendor y belleza”.
A su juicio, “la complicidad femenina es un acto de solidaridad entre mujeres, que ha hecho y van haciendo con sus vidas, bastante, lo que les viene en ganas a las dos, lo que sienten, y saben hacer con toda la radicalidad, la valentía, la libertad y la fragilidad propia de la naturaleza de ambas”.
También consideró que la poeta y la artista de la plástica son multifacéticas.
“Zaida lo ha probado con creces, no solo a través de su trabajo con varios medios en lo que concierne a las artes visuales, como la pintura, el dibujo, el grabado, el performance, el diseño, la escultura y la cerámica, ha sido profesora, intérprete de música y escribe poesía. Patry va de la actuación a la escritura, del performance a la gestión del arte con absoluta fluidez y soltura”.
Una nueva sorpresa llegó el final de la presentación del libro. Un hombre-pez esperaba en una bañera para un performance. Los pinceles de Del Río fueron llenándole el pecho de trazos hasta conformar dos rostros, una mujer pájaro, hojas y peces, que poco a poco las diestras manos llenaron de colores. (2024)
